DIGAMOS BASTA.
Por Felipe Enero.
Una vez más, el pasado martes 8 de julio fue escenario de la brutal represión del gobierno mediante sus soldaditos limítrofes mentales en contra de estudiantes, profesores y trabajadores que manifestaban su total rechazo al proyecto de ley general de enseñanza. Fuimos testigos de como las bestias policiales golpeaban, apaleaban y detenían con alevosía a nuestros compañeros y compañeras, y todo ello, tan solo por decir que NO, un NO rotundo para la L.G.E.
La L.G.E, mejor conocida como la gran estafa, es otra artimaña más de los gobiernos concertacionistas-aliancistas para privatizar uno de los derechos fundamentales que requiere todo pueblo para lograr su desarrollo, la educación. Es imposible concebir a esta ley como un avance, como lo señala los “ilustres” ministros Viera-gallo y Mónica Jiménez, ya que no termina con los pilares fundamentales del sistema educacional mercantil heredado de la dictadura; el lucro, la municipalización y la nula participación de la comunidad en el proyecto educativo.
Como estudiantes manifestamos nuestro total rechazo a dicho proyecto de Ley así como a la brutal represión ejercida por el supuesto gobierno ciudadano encabezado por la Presidenta Michelle Bachelet en contra de nosotros.
Estamos artos de ver como una minoría insignificante de políticos corruptos y lame botas del gran empresariado, toma decisiones a espaldas de las grandes mayorías y de los sectores organizados del pueblo, estamos artos de ver como carabineros golpea brutalmente a nuestros compañeros y compañeras por manifestar su pensamiento en la vía pública mientras en las poblaciones el narcotráfico es pan de cada día. En fin, los estudiantes estamos artos de una sociedad que yace dormida en el alero del consumismo, la mentira, la violencia, la ignorancia y el miedo.
Somos jóvenes, somos revolucionarios, somos una generación que esta despertando y que más temprano que tarde será mayoría, somos aquellos jóvenes que soñamos con un país mas justo, democrático y solidario. Tenemos la convicción, tenemos aquel destello en nuestras miradas que nos indica la senda a seguir, esa senda de tantos luchadores sociales como Victor Jara, Gladys Marín y Salvador Allende, que lucharon por su pueblo, por su clase, en contra de la tiranía inmemorial, los poderosos. Es hora de que el pueblo diga basta, es hora de que el pueblo se unifique, organice y luche en pos de una sociedad mejor, es hora de seguir el camino de las nuevas generaciones que claman por nuevos vientos.
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