domingo, 16 de enero de 2011

Acto político cultural para los jóvenes de Peña


Invitamos a todos los jóvenes de nuestra histórica comuna, a reflexionar y crear conciencia en tiempos difíciles para el pueblo, debido a un gobierno que no dialoga con la gente y que gobierna para los empresarios, dejando de lado las reales necesidades de las personas.
Este acto se desarrollará el sábado 22 de Enero en la sede del colegio de profesores de Peñalolén en Calle Palena 1616 de las 18:00 hrs en adelante. En este conversaremos sobre actualidad y el papel de los jóvenes en esta y, habrán diversas presentaciones musicales y artísticas.

Invitamos a participar a todos los jóvenes de la comuna, para dar los primeros pasos en la organización de la juventud en tiempos en los que se hace necesaria la efervescencia, actitud crítica y combativa de quienes son el futuro del país encontra de un gobierno violento y censurador.

martes, 16 de marzo de 2010

EL CONTRAPESO MEDIÁTICO POPULAR


Ya hemos visto como el nuevo gobierno apoyado en su dominio total de los medios de comunicación ya en sus primaros día a demostrado la estrategia publicitaria que se reiterara durante los próximos cuatro años, esta consiste en un desplante mediático espectacular, como la hemos visto ya, con el presidente de la republica Sebastián Pinera saliendo en televisión más de tres veces al día y con los medios de comunicación exaltando constantemente sus aciertos y pasivos frente a su errores. Es por esto que se necesita la participación activa de todos los opositores al oficialismo, teniendo opiniones críticas e independientes, no dejarnos llevar por la información que sale en la prensa, tratar de informarnos por medios alternativos y por sobre todas las cosas manifestar en todo momento nuestra opinión crítica, sin prepotencia pero sin temor tampoco. De este modo tratar de crear un contrapeso mediático popular, a través de la palabra principalmente y si podemos también realizando murales y palógrafos, por que los muros son el diario del pueblo.

domingo, 7 de marzo de 2010

Jovenes voluntarios viajan a zona de catástrofe


Cerca de un centenar de jóvenes voluntarios viajarán el lunes 08 de marzo al sur del país para entregar su ayuda a los chilenos más fuertemente azotados por los efectos del terremoto que conmociona al país, bajo el slogan "Cuando la tierra se mueve, los jóvenes se mueven más".

viernes, 5 de marzo de 2010

DECLARACIÓN PÚBLICA ANTE EL TERREMOTO, SUMAMOS VOLUNTADES PARA RECONSTRUIR CHILE


Ante el terrible terremoto y tsunamis sucedidos en el centro- sur de nuestro país, las Juventudes Comunistas de Chile declaran:

1.-Manifestamos nuestra solidaridad con aquellos que han sufrido las peores consecuencias de esta catástrofe natural que azotó a 7 regiones de nuestro país, resultando sus familiares muertos o heridos.

2.- Los jóvenes comunistas creemos en la solidaridad y luchamos a diario por mejorar las condiciones de nuestros compatriotas, por lo que en esta situación desplegaremos toda nuestra fuerza para ser un aporte a la reconstrucción de las vidas de miles de chilenos y chilenas.

3.- En medio de esta catástrofe nos hemos encontrado nuevamente con las consecuencias de un sistema que prioriza el mercado por sobre las vidas humanas, lo que se ha visto ejemplificado en edificios de no más de un año de construcción y vendidos como antisísmicos que se han derrumbado completamente.

Creemos que es necesario que quienes son responsables de haber entregado estos edificios bajo mentiras – arquitectos, Ingenieros, dueños de constructoras- asuman su responsabilidad y enfrenten a la justicia.

Además exigimos el control de precios de los bienes de primera necesidad y locomoción en las zonas más afectadas, evitando subidas de precios inescrupulosas.

Estos casos dejan en evidencia la perversión de un sistema basado en las prioridades del mercado y no en las del ser humano.

4.- Asimismo, con esta coyuntura nacional hemos podido vislumbrar cómo un gobierno de derecha asumirá estas situaciones, al escuchar voces como las de Jovino Novoa, Rodrigo Álvarez y Jacqueline Van Rysselberghe, quienes ponen la prioridad en la necesidad de que las Fuerzas Armadas salgan a las calles, por sobre la entrega de comida y agua.

Entendemos la necesidad que ante una situación de la gravedad de esta se requiera del servicio de las Fuerzas Armadas para aportar en el orden, pero esto no puede estar por sobre la necesidad básica de alimentarse de quienes se han visto mas afectados.

5.- Las Juventudes Comunistas, desplegadas en todo el territorio nacional, se pondrá a disposición de todos nuestros compatriotas que han vivido los más nefastos efectos de este cataclismo, realizando trabajos voluntarios en las zonas de mayor necesidad.

Hacemos un llamado a todos los jóvenes del país a sumarse a esta masiva iniciativa de voluntariado, a las juventudes políticas, federaciones estudiantiles y organizaciones sociales juveniles, para ser un aporte concreto y real en la reconstrucción de nuestro país.

Ante esta catástrofe nacional, los jóvenes de Chile ponemos nuestras manos a disposición de la reconstrucción de los sueños y vidas de miles de chilenos y chilenas; nuestras cabezas en la elaboración de nuevas vías para salir de la catástrofe, y nuestros corazones para cobijar a aquellos que requieran una palabra o un abrazo.

COMITÉ CENTRAL
JUVENTUDES COMUNISTAS DE CHILE

domingo, 21 de febrero de 2010

NUEVOS TIEMPOS POLÍTICOS Jorge Arrate Mac Niven


NUEVOS TIEMPOS POLÍTICOS
Carta a los adherentes, votantes y simpatizantes de mi candidatura en la primera vuelta presidencial

Santiago, 18 de febrero de 2010.
Compañeras y compañeros, amigas y amigos:
El triunfo de la derecha en la elección presidencial es un retroceso de las perspectivas democratizadoras que hemos impulsado. No obstante, en nuestro caso, los resultados de la primera vuelta fueron un avance.
Por primera vez en 37 años habrá en la Cámara tres diputados comunistas ---tres diputados de la izquierda--- electos con altas votaciones. Aunque desde luego aspirábamos a una mayor adhesión electoral, en la elección presidencial alcanzamos el más alto porcentaje obtenido por una candidatura de izquierda desde 1970. Lo conseguimos a pesar de ostensibles desventajas: para elegir parlamentarios en el sistema binominal debimos concentrar nuestra fuerza, no postular candidatos a senadores e inscribir sólo 12 candidatos a diputados de las propias filas. Nuestros adversarios nos superaron en gasto total declarado por 9, 15 y 31 veces. Tuvimos que prevalecer sobre varias tentativas de horadar nuestros apoyos y liquidar nuestra opción. Los espacios que la prensa escrita, radial y televisiva entregó a las demás candidaturas fueron, según todas las mediciones, muy superiores a los asignados a la nuestra.
Desde el punto de vista cualitativo, la campaña movilizó a numerosos jóvenes que se aproximaron a nuestras organizaciones para participar o iniciar su vida política. Candidatas y candidatos identificados con nuestras ideas vencieron en la mayoría de las elecciones universitarias realizadas en 2009. Ofrecimos a la ciudadanía, una vez más, el ejemplo de las múltiples acciones y jornadas voluntarias emprendidas por ustedes sin más estímulo que el deseo de luchar por sus ideales. El Juntos Podemos y la estructura nacional de sus organizaciones, el Partido Comunista y la Izquierda Cristiana, el Frente Amplio con sus componentes en desarrollo, e innumerables dirigentes sociales, barriales, sindicales, de la cultura, y muchos independientes, se movilizaron con mística y entusiasmo, dignificaron la política y reafirmaron valores y principios. Nuestra propaganda fue la más austera y hermosamente artesanal, y nuestra franja televisiva la más original y de más alto nivel cultural. Hicimos visible la idea de una sociedad distinta, de otro modo de convivir, de un país regido por criterios de igualdad y de libertad y no por el imperio del mero cálculo económico. Nuestro mensaje programático fue poderoso y estremeció la pauta de debate impuesta por los medios de comunicación controlados por la derecha. El resultado fue una convergencia de mucha potencialidad entre las concepciones de avanzada social y el inconformismo popular, que va más allá de las opciones de voto, muchas de ellas determinadas por la idea del “voto útil” u otros cálculos similares. Nuestro discurso político sin dobleces evidenció que no es concebible cambiar Chile sin izquierda o con una izquierda acallada, porque sólo nosotros asumimos explícitamente las aspiraciones populares y nos atrevemos a colocar en discusión los temas que los demás evitan u ocultan. Si no hubiésemos levantado un programa propio y una candidatura, ninguno de los otros presidenciables habría considerado reemplazar la actual Constitución y nadie hubiera propuesto una Asamblea Constituyente para permitir la expresión de la soberanía popular, ni sustentado con ímpetu los derechos históricos de los pueblos originarios, ni la justicia plena en materia de derechos humanos, ni tampoco la recuperación del cobre para Chile y los chilenos. Nadie hubiera subrayado la centralidad de los profesores en la educación, el imperativo de terminar con la municipalización de escuelas y liceos, la necesidad de un trato digno para las universidades públicas y de avanzar hacia un sistema nacional de educación pública gratuito que signifique un ataque frontal a la desigualdades. Ningún otro programa planteó, sin vacilaciones, la cuestión de género y el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer, ni propuso una concepción en que desarrollo y protección del medio ambiente fueran parte de una misma ineludible ecuación, ni demandó una legislación laboral que proteja efectivamente a los trabajadores. Ninguno como el nuestro se pronunció de manera terminante contra todas las formas de discriminación, entre ellas la fundada en la libre opción sexual de las personas.
Siempre llamamos las cosas por su nombre. Sabemos que la renuncia a las identidades comienza por el lenguaje: olvidar el nombre de las cosas, rebautizarlas según hacia dónde sopla el viento, llamar “gobierno militar” a la dictadura, “pronunciamiento” al golpe de estado, “democracia” a la democracia incompleta, “excesos” a las violaciones de los derechos humanos, “equidad” a la justicia social, “imperio de la ley” a la represión policial desmedida, “flexibilidad laboral” al despido arbitrario, “libre mercado” a la concentración oligopólica, “interés máximo convencional” a la usura legalizada, “progresismo” a una visión impregnada de escepticismo sobre las posibilidades de luchar por cambios más profundos.
Son bien evidentes las insuficiencias de la tarea que juntos realizamos. Entre ellas, subrayo dos: primero, no estuvieron en nuestra campaña todos los que comparten o se aproximan a la visión de sociedad que propiciamos. Debemos ser persistentes para abrir espacios y tender puentes que nos acerquen a todos los socialistas fieles al legado allendista, a ex militantes antidictatoriales hoy dispersos o pasivos, a compañeras y compañeros que desconfían de la lógica partidista, de la participación electoral o de los entendimientos con fuerzas de centro, pero que tienen con nosotros amplias coincidencias programáticas. Segundo, no conseguimos movilizar a más de un 40% de ciudadanos excluidos o autoexcluidos de formular su opinión a través del voto, en particular jóvenes que no han querido hasta ahora tomar partido en las contiendas electorales. Con muchos de ellos compartimos el rechazo al modelo político y económico vigente y un horizonte de más libertad e igualdad.
Un mes antes de la elección formulamos una invitación a Frei y Enríquez, de cara al país, durante el último debate televisivo: la idea era impedir que ganara la derecha y hacer pública una común disposición a apoyar en el balotaje a aquel de los tres que obtuviera un voto más, sin otra condición que la reciprocidad y algunos acuerdos básicos. Nos parecía crucial, en ese momento, hacer sentir a los electores que Piñera no podría superar la barrera de una voluntad común de las tres postulaciones que no eran de derecha. Sin embargo, Frei y Enríquez evadieron una respuesta oportuna o expresaron objeciones.
Durante la campaña, Enríquez generó “un espacio de ambigüedad favorable a Sebastián Piñera”, como expresé en presencia de ambos aludidos, ambigüedad que los medios de comunicación de derecha se encargaron de alimentar y sostener sin pudor alguno. Frei, mal asesorado, enfrentó con manifiesta debilidad la ofensiva de Enríquez, sin poner en evidencia los equívocos del discurso de su contendor ni hacerse cargo frontalmente de sus imputaciones. El interés de muchos concertacionistas por capturar a cualquier precio los votos de Enríquez para asegurar su sillón parlamentario y un mal cálculo sobre la segunda vuelta, inhibieron una adecuada respuesta de Frei y de sus candidatos a los ásperos ataques de que fue objeto. Así, la ya erosionada identidad de la Concertación se diluyó aún más, víctima de la descalificación sin respuesta dirigida contra su líder.
En la segunda vuelta, la definición mayoritaria de las fuerzas que apoyaron nuestra candidatura fue aceptar la propuesta de 12 puntos a la que se comprometió unilateralmente y por escrito el comando de Frei y votar por él. Esos 12 puntos debieran, si los concertacionistas fueran coherentes, constituir una base mínima para la actuación de sus parlamentarios y los de izquierda en el próximo período. Algunos de los nuestros estimaron insuficiente la propuesta de 12 puntos, pero aún así no se hicieron parte de la convocatoria a votar nulo que otros sectores formularon.
Compañeras y compañeros:
El gobierno de Piñera representa el punto más alto de fusión entre dinero y política. Hoy la derecha suma al poder económico, comunicacional y gubernamental, buena parte del Congreso y de los municipios, poderosas universidades, colegios y escuelas, instituciones de salud y seguridad social privadas, o sea una concentración de facultades desconocida en Chile, salvo durante los diecisiete años de dictadura pinochetista.
Es una imperiosa necesidad de la justicia social abocar nuestra energía a reconfigurar un actor poderoso e influyente, capaz de comprometer a la ciudadanía en las luchas populares, a incidir en los movimientos sociales, en las políticas públicas, en el Congreso, en el indispensable debate político-cultural. Si no lo logramos, todo cambio profundo que contravenga las bases del actual modelo será postergado o terminará en una simple corrección destinada a sostenerlo. La opinión pública es ahora convocada a nuevos juegos retóricos como la llamada “oposición constructiva” y el denominado “gobierno de unidad nacional”. La verdad es otra: el modelo será profundizado por los nuevos gobernantes para reafirmar el lucro como el motor de todos los ámbitos de la existencia, disminuir el sentido y significado de lo público, lo colectivo, lo comunitario, e intensificar el uso de los instrumentos represivos del Estado y de los mecanismos de disciplinamiento social. Entre estos últimos destacan la precarización del empleo y la desprotección del trabajo y el perverso e interminable circuito del endeudamiento y la transferencia de los colosales intereses a los capitales financieros concentrados. En la práctica, la “oposición constructiva” será el nuevo nombre de la complicidad con el modelo y del acomodo de parte de la Concertación a una circunstancia en que el ejercicio de la política será mucho más abiertamente funcional a la gran economía privada. “Gobierno de unidad nacional” será la manera de llamar un supuesto afán de incluir que sirva de cobertura al viejo e irrenunciable afán de excluir que ha caracterizado históricamente a la derecha.
La cohabitación binominal entre los partidos de la Concertación y la derecha no se romperá mientras la izquierda no se desarrolle más y genere magnetismo y fuerza suficiente. Bajo un gobierno de derecha el terreno de batalla política y social es más desnivelado que frente a un gobierno de centro, como hubiera sido el de Frei. Por eso la construcción de una izquierda plena, heterogénea, crítica, futurista, y con capacidad de aliarse es una tarea más compleja, pero también más imperiosa.
Amigas y amigos:
En la primera vuelta emergieron dos posturas directamente competitivas con la nuestra, ambas de matriz concertacionista. Una, el “progresismo” que, gracias a su singular plasticidad, ha sido incluso reivindicado conceptualmente por Piñera y dirigentes de la UDI. Esta reivindicación de la derecha se agrega a un proceso de desfiguración o vaciamiento que ha sufrido el término “progresismo”, hoy invadido en todo el mundo por concepciones “social liberales”. La Concertación se ha ido acercando cada vez más a este punto de vista. Este hecho obliga muy particularmente al Partido Socialista ---aunque no sólo a él--- a enfrentar un tiempo de definiciones en el que deberá definirse “progresista” o retomar su identidad de izquierda.
El “progresismo liberal”, definición no única pero principal que Enríquez adoptó durante la campaña, se convirtió en el manto de la segunda postura abiertamente competitiva con la nuestra: el “transversalismo”, una variante de los movimientos de amplio espectro en que conviven sectores de pensamiento de avanzada social con segmentos de impronta neoliberal. El “transversalismo”, teorizado y promovido expresamente por Enríquez y sus directivos, constituyó un espacio promiscuo, agresivo con la izquierda, a la que descalificó y atacó duramente, que logró captar, con un discurso atrevido, en constante deslizamiento en una y otra dirección, parte significativa del descontento frente a la binominalización del país y a la actuación de los partidos. Hábilmente la derecha lo convirtió en un dispositivo para golpear a la Concertación, frenar la emergencia de una izquierda más vigorosa y, en último término, facilitar la elección de Piñera. Para nosotros no era sencillo enfrentar este desafío. Por una parte, por las limitaciones materiales. Por otra, porque la decisión de proponer al país un programa posible pero radicalmente reformador no se conjugaba con la disputa del voto fácil, aquel al que importa más la resonancia que el contenido. De este modo hubo personas de pensamiento de izquierda que quedaron entrampadas por la atracción mediática del “transversalismo”. Pero, especialmente, faltaron puentes entre el mundo orgánico y aquel de ánimo más receloso y distante de los procesos electorales y de los partidos. No tuvimos una plataforma común más desarrollada, más allá de los esfuerzos valiosos realizados por años por el Juntos Podemos, que permitiera consolidar lazos con los segmentos más desintegrados del sistema político.
En todo caso, cualquiera sea la frontera que se establezca entre los “progresistas” y los “transversalistas”, ambas opciones ni sustituyen ni representan a la izquierda actual ni a aquella más amplia que pudiéramos configurar. El progresismo es una opción ciertamente legítima, si bien distinta a la nuestra. Será, en todo caso, una corriente con la cual podríamos eventualmente pactar o coaligarnos, según determinen las circunstancias, pero desde una posición definida y clara.
¿Qué hacer para construir esta izquierda actualizada? Para dar un primer paso es deseable generar acuerdos sobre ideas básicas y modos de impulsarlas y desechar toda pretensión a concordancias totales. Una gran asamblea nacional convocada con amplitud podría debatir esta materia. Habrá entre nosotros, pienso, componentes orgullosos de su larga historia, indispensables por su convicción y su demostrada capacidad de sobrevivir a ataques mortales y continuar proyectándose, y también sectores emergentes, con identidades en recuperación o en desarrollo. Pero, si nos trabamos en una disputa entre quienes postulan ignorar la fuerza de la izquierda clásica donde se ubican socialistas, comunistas y cristianos de avanzada, y quienes no se identifican con esas vertientes históricas, no llegaremos lejos. El pasado, sin duda, no es un modelo de futuro, el futuro es un proceso siempre en construcción. No se puede construir futuro ignorando la propia historia, pero el campo de batalla no es el pasado sino el porvenir. No es esta una banal cuestión de generaciones, es un asunto sobre el modo de construcción de fuerza, que requiere de un curso constante de acumulaciones.
Las opciones organizativas deberán ser múltiples. Es deseable que convivan fructíferamente, desde el partido formal, pasando por el instrumental, las entidades de naturaleza social o cultural, los organismos existentes de hecho, los medios de comunicación de raigambre popular, hasta los individuos que quieran participar como tales. Sin duda la izquierda requiere ser política y social, reforzar las organizaciones existentes e impulsar el surgimiento de otras y respetar sus grados de autonomía derivados de su quehacer específico. Para convivir en la diversidad, la izquierda deberá ser una fuerza, un vector, una liga, un encuentro, un frente, un movimiento, como quiera llamársele, que agrupe a los organizados, ofrezca un cauce a los dispersos y despierte a los dormidos.
En los tiempos que vienen las cuestiones que juntos levantamos el 2009 no perderán vigencia. Que el pueblo soberano se exprese en una Constituyente y elabore una Constitución democrática seguirá siendo un imperativo. Lo será también no sólo evitar la privatización de CODELCO sino desarrollar una ofensiva para crear un movimiento nacional por la recuperación del cobre para los chilenos. La anulación de la ley de amnistía de 1978 deberá ahora contar con nuevos adeptos si los partidos de la Concertación cumplen con los 12 compromisos que asumieron para la segunda vuelta. La idea del salario mínimo ético y nuestra propuesta para establecerlo gradualmente continuará siendo un desafío. En fin, será preciso, en torno a nuestros grandes anhelos, llevar a la práctica el programa, que también recoge los graves problemas que la mayoría de los ciudadanos padece en su vida diaria. Hace falta organizar luchas sectoriales, precisas y focalizadas, que signifiquen nuevos espacios eficaces de participación y movilización social.
Pienso que la izquierda debe concebirse como una nunca terminada síntesis entre lo clásico y lo nuevo, proponerse cultivar las esferas de lo político, lo social y lo cultural con igual energía, agitar sus grandes banderas transformadoras y, al mismo tiempo, ocupar los microespacios de la vida cotidiana. Es decir, ser movimiento, o frente, ser partido y sindicato, ser junta de vecinos y centro cultural, ser militante y ser adherente, ser afiliado a un partido y ser independiente, ser asociación de consumidores, ONG ecológica, centro de estudios o escuela de formación ciudadana.
Amigas, amigos, compañeras, compañeros:
Sinceramente no puedo afirmar con certeza que podamos realizar un proyecto unitario y superador de esa amplitud y pretensión en tiempos relativamente breves. Entiendo que con motivo de la reciente campaña he acumulado temporalmente un patrimonio político que no me pertenece en exclusiva y que corresponde al esfuerzo de todos aquellos que me apoyaron. Por eso siento el deber y, al mismo tiempo, tengo la aspiración de contribuir a que ese proyecto común se desarrolle. Deseo hacerlo desde una condición que, al menos por el tiempo previsible, será la de un ciudadano sin afiliación partidaria. No aspiro a cargos de dirección política ni a candidaturas. Estaré disponible para la tarea indicada, en la medida de mis propias posibilidades y definiciones personales.
Algunos me han dicho en las últimas semanas que debemos prepararnos para derrotar a la derecha dentro de cuatro años. Siempre estaré listo para participar en una tarea con esa convocatoria. Sin embargo, creo que será imposible lograrlo si ese es el objetivo único que nos proponemos porque, si bien atractivo, es insuficiente. Desplazar a la derecha requiere nuevos actores y otro proyecto, no uno parecido al que sustenta la propia derecha. Derrotar a la derecha dentro de cuatro años no puede ser un juego de “alternancia” y de nueva consagración del sistema político imperante. Una Concertación erosionada que se acomode ahora a ser la oposición, más “constructiva” o menos “constructiva”, dentro del viscoso escenario de la cohabitación binominal, carece, como lo señalé hace mucho tiempo, de capacidad política y creadora para construir nuevos tiempos. Ni la cosmética ni el rejuvenecimiento de rostros podrán sustituir la renovación de padrones partidarios explotados hasta la saciedad por las respectivas cúpulas, la autocrítica a fondo, fundada y verdadera, y una visión de futuro que no siga pagando un costoso diezmo a la autocomplacencia, a los militantes lobistas, a los operadores que negocian todo con todos, a las múltiples redes transversales que tejen un poder que pareciera impermeable a los resultados electorales. Los indispensables cambios que auguro que ocurran, serán un proceso. Llevarán más o menos tiempo según nuestro empeño y vocación unitaria.
Sí, habrá que unir fuerzas para derrotar a la derecha. Pero sólo una izquierda recargada en sus perspectivas e integrantes podrá garantizar que vivamos efectivamente nuevos tiempos y no la repetición de un ciclo con los mismos actores y el mismo paisaje.
No habrá victoria sobre la derecha sin una izquierda orgullosa de sí misma, diversa, imaginativa y creadora, que proponga un futuro más libre e igualitario y ennoblezca la política.
Fraternalmente,

Jorge Arrate Mac Niven

viernes, 18 de diciembre de 2009

Terminaron 36 años de exclusión


El pasado domingo 13 fue un día histórico para la izquierda chilena ya que se término con 36 años de exclusión. Guillermo Teillier fue elegido por el distrito 28 (Pedro Aguirre Cerda, Lo Espejo y San Miguel) con 48.886 votos equivalentes al 33.35% dándole la primera mayoría. Mientras que Hugo Gutiérrez fue elegido en Iquique con 27.492 votos equivalentes al 34.57% y Lautaro Carmona por Copiapó con 16.852 votos equivalentes al 28.42%. La lucha recién comienza, pero estas altas votaciones demuestran que pasamos a una nueva etapa en la lucha revolucionaria, en donde el pueblo está cada vez más consciente de la opresión capitalista.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Evo Morales arrasa y la revolución democrática avanza un paso más


El día de ayer, 6 de diciembre del 2009 se realizaron en la hermana republica de Bolivia, las elecciones presidenciales, y de las dos cámaras del parlamento. En las presidenciales Evo Morales arraso obteniendo un triunfo histórico con el 63% de las preferencias. En las parlamentarias el MAS venció de manera igualmente holgada obteniendo 25 senadores que equivalen a los dos tercios del senado y 80 representantes en la camera baja de un total de 130. Estos resultados demuestran el compromiso del pueblo boliviano con la revolución democrática planteada por Evo Morales y dejan el camino libre para la profundización de las reformas socialistas. En los años noventa se dijo que el marxismo había muerto y que ya no había esperanza para que el pueblo conquistara su soberanía. Una década más tarde el pueblo organizado latinoamericano avanza cada vez más rápido en la conquista de su soberanía, mientras que el neoliberalismo impuesto por el imperialismo yanqui a través de la tortura, la masacre y el genocidio pierde terreno año a año.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

La falsa imagen de la revolución bolivariana


En la última década hemos visto como la prensa chilena ha caricaturizado, mentido y calumnia el gobierno de Hugo Chávez Frías. Es difícil entender tanta rabia contra un gobierno que ha solucionado los principales problemas de su población, el analfabetismo y la pobreza extrema y que según el fondo monetaria internacional ha logrado reducir de un 43% a un 12% desde el inicio de su gobierno hasta hoy. Unido a ello hace algunos días pudimos oír a tres de los aspirantes a la presidencia de chile criticar con ahincó el gobierno de Chávez, diciendo que la economía venezolana estaba destrozada y la pobreza había crecido, desacreditando de ese modo el socialismo del siglo XXI. Invitaría a estos tres candidatos a que hicieran una pequeña revisión de los índices que entrega el fondo monetaria internacional. Durante el 2004 Venezuela experimentó un crecimiento del 17,9 % en su PIB. La inversión social del gobierno mediante las llamadas "misiones" en los campos educativos, alimenticios y de salud, lograron incrementar la calidad de vida de los ciudadanos con más bajos recursos (37% de la población). En 2005 Venezuela presentó un balance ampliamente positivo en sus cuentas externas (31.000 millones de dólares) ya que las exportaciones alcanzaron un récord histórico de 56.000 millones de dólares, representado el tercer lugar en importancia en América Latina detrás de México y Brasil. En tanto las importaciones totalizaron 25.000 millones de dólares. Además las reservas internacionales alcanzaron casi los 30.000 millones de dólares. Venezuela concluyó el 2005 con un crecimiento de la economía del 9,4% del Producto Interno Bruto, ubicándose en el primer lugar entre los países del continente por segundo año consecutivo. Además en 2005 Venezuela registró la inflación más baja de los últimos 7 años cayendo hasta un 8,9% según cifras del Banco Central de Venezuela y de la CEPAL. Finalmente en 2005 las reservas internacionales sumaron 30.311 millones de dólares. Durante 2006, el PIB venezolano tuvo un incremento del 10,3%. Ese año el sector no petrolero de la economía tuvo un incremento anual de 11,4%. Las actividades no petroleras con mayor crecimiento fueron: instituciones financieras y de seguros (37%), construcción (29,5%), comunicaciones (23,5%), comercio y servicios de reparación (18,6%) y servicios comunitarios, sociales y personales (14,8%). La actividad manufacturera por su parte registró un aumento de 10% y las reservas internacionales alcanzaron la cifra record de 37.299 millones de dólares. En 2007 en su informe Panorama social de América Latina de ese mismo año, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe reconoció que Venezuela entre 2002 y 2006, disminuyó en ese período sus tasa de pobreza en 18,4% e indigencia en 12,3%, pasando de una pobreza de 48,2% y una indigencia de 22,2% en 2002, a 37,9% y 15,9% respectivamente en 2005 y a 30,2 y 9,9% respectivamente en 2006. Al cierre del año 2007 y según las cifras reportadas por el Banco Central (BCV) la Economía Venezolana tuvo un crecimiento de 8,4% impulsado por la expansión de la inversión y del consumo, con lo que se llegó a 17 trimestres de crecimiento consecutivo del PIB desde finales de 2003, registrándose desde ese mismo periodo un crecimiento interanual promedio de 11,8%, el consumo registro la tasa de variación más alta desde 1997, al crecer 18,7%, Los sectores o actividades económicas que registraron el mayor crecimiento fueron comunicaciones (21,7%), actividad financiera y seguros (20,6%), construcción (10,2%), y actividad manufacturera (7,5%). El sector público no petrolero creció 15,7% y el privado no petrolero 8,2%. Es cifra demuestran que el nuevo hombre existe y contradice la teoría de que solo el neoliberalismo es capaz de ser productivo. Acá vemos como una economía socialista resulta igualmente competitiva básicamente porque su gente está completamente comprometida con el proyecto político.

martes, 20 de octubre de 2009

El pueblo mapuche le ha declarado la guerra al Estado chileno


El pueblo mapuche le ha declarado la guerra al Estado chileno. A ese Estado que no a duda en defender a un pequeño número de latifundistas usurpadores de las tierras del pueblo mapuche. A ese Estado que creyó que aplicando leyes dictatoriales como los son la ley antiterrorista, (ley que por cierto es tan ambigua que se le puede aplicar casi a cualquier individuo que manifieste su descontento con el estado chileno y la actual sociedad de clases) podía vencer a un pueblo que ha luchado durante más 500 años primero contra la corona española y luego contra el estado de chile. La causa del pueblo mapuche es justa y responde a siglos de represión y violencia contra su comunidad, la gran mayoría de los mapuches está apoyando esta lucha, nos son un pequeño grupo de extremistas haciendo desmanes como intentan hacernos creer a través de los medios de comunicación, es la comunidad mapuche en su mayoría respondiendo con violencia organizada a un Estado terrorista y defensor del latifundio. Es imprescindible que todos los que tengamos algún conocimiento sobre el tema y respaldemos la lucha de pueblo mapuche, cooperemos en todo lo que esté a nuestro alcance con ella ya se comentando nuestro punto de vista con amigos y familiares o participando activamente en las organizaciónes que defiende sus reivindicaciones.

jueves, 15 de octubre de 2009

Chile al mundial


Más de 25 mil personas repletaron la plaza italiano celebrando la clasificación de chile al mundial, y es que desde el 1998 que chile no iba a dicho campeonato. Ayer el estadio se repleto a pesar de que chile estaba clasificado, así mismo también se llenaron bares y fuentes de soda, además de de los miles de hinchas que se congregaron en ahumado para observar el partido en la pantalla gigante, en conclusión todo chile entero se ha revolucionado con la hazaña de este grupo de futbolistas.
Todos estamos concentos por este triunfo, derechistas e izquierdistas, colocolinos y chunchos, ricos y pobres, pero no por ellos debemos olvidar movilizarnos, organizaron. No porque chile triunfe dejaremos de ser oprimidos, no por ello los trabajadores, estudiantes, pobladores, y el pueblo de chile en general debe olvidar que lo más importantes es luchar por sus derechos, por su dignidad. Porque el triunfo de un grupo de futbolistas no nos va a cambiar la vida, ni las relaciones sociales existentes en nuestro país.
Así como 15 millones de chilenos se unen para alentar a la roja me gustaría ver a esos mismos 15 millones de personas unidos para luchar por su libertad, a esas 25 mil personas que repletaron la plaza Italia, marchando por la alameda y gritando “abajo el neoliberalismo, viva a los trabajadores”. Porque la lucha social produce la misma satisfacción que un triunfo de chile, solo que no hay que esperar que suceda algo que no está en nuestras manos sino que la hacemos nosotros mismo, porque la lucha social no es resentimiento sino satisfacción y alegría de defender nuestros legítimos derechos.